Existen varios tipos de seguro para tu coche, por lo cual es muy importante que elijas correctamente, uno de los más populares es el seguro a todo riesgo. Este te brinda la máxima cobertura posible y por ende, este es también el tipo de seguro más costoso. Sin embargo, te aporta una gran cantidad de beneficios y protege lo máximo posible a tu vehículo.
Muchas personas no suelen tomar en cuenta este tipo de seguros por su precio, pero hoy vamos a hablarte un poco más de él y de las ventajas que este te ofrece.
¿Qué es el seguro a todo riesgo?
El seguro a todo riesgo protege su vivienda y sus bienes de «riesgos y peligros». Cubre los daños o pérdidas materiales que sean causadas por un accidentes o incidentes imprevisibles, exceptuando aquellos que están específicamente excluidos.
El seguro a todo riesgo es uno de los tres tipos de seguro de coche, también está disponible una póliza de colisión y una póliza de responsabilidad civil. La póliza de responsabilidad civil únicamente protege de daño a cosas o a terceros, y este es el nivel mínimo de cobertura que debes tener para pode circular legalmente con tu coche. Por otro lado, la póliza de colisiones protege a tu vehículo en caso de sufras un accidente en la carretera. En este caso, la seguradora se encargará de velar por los gastos de reparación del coche.
En cuanto al seguro a todo riesgo, este cubre la mayoría de daños que pueda sufrir tu vehículo, incluyendo colisiones, daños a terceros, daños sufridos por tu vehículo causados por terceros. Recuerde que el seguro a todo riesgo suele ser más caro, ya que es el tipo de seguro más completo que existe.
¿Qué cubre el seguro a todo riesgo?
Cuando hablamos de peligros y riesgos, solemos referirnos a cosas como éstas:
- Daños por agua.
- Vandalismo.
- Rotura de cristales.
- Daños por incendio.
- Rayos y centellas.
- Tormentas de viento y granizo.
- Caída de objetos.
- Robo.
- Colisiones.
- Daños causados por disturbios.
- Y algunos otros más.
Aunque se llame seguro «a todo riesgo», algunos tipos de cobertura siguen considerándose por separado, incluso, es posible que algunas coberturas como daños por terremotos y otras catástrofes naturales no estén aparadas en la póliza. Algunas compañías de seguro pueden ofrecerte estas coberturas por separado, lo que obviamente hará que se incremente la cantidad de dinero que debes pagar por tu póliza.
Es muy importante que leas la póliza que contrataste, ya que esto es algo que va a hacer que puedas estar consciente de qué es lo que esta cubre y lo que no. En líneas generales, todas las aseguradoras manejan un «seguro a todo riesgo» con coberturas similares. Sin embargo, pueden tener algunas variantes, por lo que siempre debes consultar toda la información antes de aceptar la póliza.
¿Qué no cubre el seguro a todo riesgo?
Las exclusiones, que son eventos específicos que se mencionan en el contrato, son bastante comunes a pesar del nombre de todo riesgo. Por eso, a veces verás que el seguro a todo riesgo se llama seguro a todo riesgo o incluso póliza de «riesgo abierto» de vez en cuando. Estas son algunas de las exclusiones más comunes:
- Desgaste general.
- Incidentes nucleares.
- Guerra.
- Daños causados por actos de terrorismo.
- Averías mecánicas.
- Inundaciones.
- Terremotos.
¿Qué pasa si quiero la cobertura de una exclusión?
Cuando añades algo a tu póliza que se nombra como una exclusión, se llama cláusula adicional o flotante. Por ejemplo, si los daños por aguas superficiales (una inundación) no están cubiertos en tu póliza pero te gustaría que lo estuvieran, tendrás que pagar más para que se añada como cláusula adicional.
¿Cómo funciona el seguro a todo riesgo?
Un seguro a todo riesgo funciona de manera similar a cualquier otro tipo de seguro, en el caso de que tu coche sufra un daño que se encuentre amparado por la póliza de seguro, deberás comunicarte con la aseguradora. Esta te vas a decir cuáles son los pasos que debes seguir para hacer valer tu póliza.
La asegura se encargará se cubrir los daños causados por el siniestro que haya ocurrido, tú solo tendrás que cubrir gastos en el caso de que tu póliza tenga una fianza. Si no tienes fianza, la aseguradora se encargaría de cubrir todos los gastos de reparación.